Hace unos días,
al finalizar el Consell Nacional del PSC, una de esas maratonianas reuniones
sabatinas con mucho y previsible ‘desorden del dia’ , abordé educada pero vehementemente
al siempre reactivo compañero Joan Ferran. La bienintencionada voluntad no
era otra que la de mostrarle mi
decepción en relación a la práctica totalidad del contenido de su intervención.
Han pasado unas semanas y he llegado a la conclusión de que no comprendió el
alcance, ni la ironía, de mis
palabras.
Creo que soy
un rara avis en esas reuniones. Me
las tomo en serio por respeto a nuestra sufrida militancia. Tal vez en exceso. Escucho, tomo notas, en mis particulares abducciones no garabateo revistas de aplicados compañeros , no reviso los folletos de las últimas rebajas de Mango o Ikea, mantengo silencio durante las
intervenciones y casi siempre, por desgracia, llego a la misma conclusión : que la vida transcurre fuera de
esa calurosa sala con mucha más velocidad y nervio de lo que desprenden esas
endogámicas y previsibles citas. La
misma escenografía ya raya en estos tiempos con un cierto patetismo decimonónico. A lo que yo he de
añadir, persona de manías, la incomodidad
que me genera el miedo de que
un lema como ‘Canviem de futur’ , tan orwelliano , tan de ‘prom night movie’, proteja mis limitadas espaldas.
Pocas veces
se guarda respetuoso silencio , no me gusta el adjetivo sepulcral, en las intervenciones
de los compañeros en ese ´máximo órgano entre congresos’. Yo las contaría con los dedos de una
mano y seguramente me sobrarían. Uno de los respetuosos silencios más evidentes son los aplicados a las
intervenciones, lamentablemente cada vez más espaciadas, más caras de escuchar, de Raimon Obiols . Otro silencio emblemático
es el aplicado a Joan Ferran, otro hombre
leído y culto. Déjenme en este punto matizar que lo de culto no tiene peyorativas
segundas intenciones dado que
últimamente algún desorientado portavoz ha intentado parafrasear al ex
president Pujol con aquel lamentable ‘su problema es que lee usted demasiados libros’.
Dicho esto
no me gustaría caer en la complacencia. La verdad es que seguramente el hecho
diferencial que tal vez otorgue el auténtico significado a esos silencios sea
la experiencia, dilatada tanto en cargos orgánicos como electos, de los citados
compañeros porque en este nuestro entorno más o menos todo el mundo ha leído a Gramsci. Lástima que algunos se quedaron
en él y no renovaron biblioteca.
Pero al
grano. Tal vez por eso, porque me tomo en serio esas reuniones a las que nunca
falto, dicen de mi que soy un hombre de partido, me veo legitimado a
ampliarle el sentido de mi
interpelación al siempre respetado, escuchado y leído compañero en cuestión. Sin ser condición sine qua non, también
me siento legitimado porque nunca he aspirado ni lo haré a un cargo, ni orgánico ni público, y cuando sin mi proactividad he sido propuesto una vez en una lista electoral, el ‘éxito’ ha resultado evidente.
Mi dimisión , no aceptada por quién me propuso, de la ejecutiva del PSC ha sido la más rápida de la
historia : a los dos minutos de ser propuesto hace ahora un año y medio. Ni me veía
legitimado, ni me veía preparado después de haber abandonado hacia ya algunos
años en las costas del Garraf mi
militancia más activa optando por desarrollar mi perfil profesional. Lo cuenta
mi gran amigo Santi Lapeira, que
tiene escrito como privilegiado testimonio un interesante, divertido, y a
veces cruel, anecdotario sobre el
último congreso del PSC y que Fabian
Mohedano y yo mismo introduciremos en el libro que estamos ultimando sobre
el Who is who del PSC : Todo aquello que quería saber sobre el PSC y
temía preguntar.
Joan, no
entraré en agotadores debates identitarios. Como dijo con tino el Presidente Montilla : ‘ni de fuera ni de dentro del PSC , lecciones de catalanismo ni una’. Yo añadiría que
mucho más si esas lecciones vienen del salón. Ya sea del salón de Madrid o de
Sarrià. Y eso no habrá manifiesto, contramanifiesto y supramanifiesto que lo
cambie y el que lo pretenda se equivoca u oculta oscuras intenciones. Lo que me
decepcionó de tu intervención fue que pusieras la tilde en la vertiente más
endogámica, más de clave interna. De un perfil como el tuyo yo siempre espero
más. Corren tiempos para la pedagogía, para el cambio de cultura política. Para
abrir ventanas (y no precisamente para enseñar la puerta de salida como en algún
momento llegaste a insinuar). Viniendo de ti , y no del poco significativo hooliganismo previsible y
rancio, me preocupó. Estoy de acuerdo contigo en otras muchas cosas. Con
matices que podremos desarrollar respetuosamente café mediante. Te avanzo que
creo que , a parte de la desorientación casi geográfica, y no lo digo yo sólo
sino que lo leo en titulares de entrevistas a dirigentes del partido muchísimo más significativos que yo, los socialistas tenemos un problema añadido al nacional, de fondo , de cultura política en el que
creo que tú y yo seguramente llegaremos a coincidir. Los aires de socialismo libertario,
muy presente en nuestra
fundación han dado paso a un socialismo un pelín avinagrado ,
poco permeable, de fronteras, muy al acomodo de los eternos estrategas, pero ya
algo desfasado . El próximo lunes se celebrará una ‘jornada federal’ en la sede
del partido que a mi entender no representa a la totalidad del PSC . Incluso uno de los
ponentes, por los medios bautizado como el ‘intelectual orgánico’, se ha permitido insultar en público a
algún miembro de la actual dirección. Evidentemente yo no asistiré. Acepto y acato democráticamente la voluntad mayoritaria pero no me gusta
esa cultura. Como tampoco me gusta que se silencie y evite visibilidad a
diputados y diputadas que en otras legislaturas han acreditado sobradamente su competencia.
Y tantos y tantos otros desaires
que no vienen al caso. Resultaría estéril entrar en la redacción de un memorial de greuges cuando yo
mismo seguramente también he
cometido errores. Tal vez no hay malicia. El hecho que yo pueda expresarme en
estos términos, con total transparencia y naturalidad , sin que nadie haya de
recurrir a grabadoras ocultas , ya es un éxito de este Nou
PSC, y concretamente de su primer secretario, muy poco habitual en otros
partidos.
Tu lo llamas
bisoñez, yo lo llamaría , con todo el cariño, ‘pipiolismo`. Y no tanto enfocado a la dirección como a
determinados y muy minoritarios pero decisivos, entornos de la organización. Soy
consciente, por poner un ejemplo reciente, que no puedo pretender que se haga un simple tuit de felicitación a Núria Gispert por su Medalla d’or del
Parlament sin contemplar la posibilidad de que tal vez la hayan confundido por mimetismo fonético con otra
persona (disculpa el obvio eufemismo). O pretender que en esos mismos entornos se entienda la
importancia, la trascendencia , desde un punto de vista de formación política, nuestro
gran talón de Aquiles junto al de
las juventudes orgánicas, de unas memorias políticas como las que acaba de
publicar un exprimer secretario del partido y que lamentablemente se están
presentando casi en la clandestinidad de nuestro entorno, por cierto y soy
testigo, con gran éxito de
público.
Seguramente estaré equivocado. Debe
ser que, como me apunta a menudo
mi gran amiga Rocío y no escribo el apellido para no perjudicarla, mi ‘vocación
minoritaria’ me puede. Llevo años trabajado en la construcción, con lealtad y dentro del PSC , de
instrumentos políticos, digamos no
mayoritarios en el partido, Fòrum Socialista, Nou Cicle y ahora
Avancem , pero que curiosamente siempre han contado con una amplia simpatía
fuera de él. Aun siendo consciente
de esa vocación, a mi entender en política siempre más productiva y divertida
que la acomodaticia y mayoritaria, coincido contigo que ha llegado el momento de suministrar
carbón al fogonero y confianza al maquinista. En ese sentido tengo la
conciencia tranquila, yo particularmente siempre lo he hecho . Todo sea dicho
con escaso éxito: aún no conozco el despacho del primer secretario. Pero
también habrás de coincidir conmigo que el paso previo a suministrar carbón es
el de suministrar madera. La madera de las ideas , diversas, plurales. Eso es
lo que hace realmente avanzar la máquina. Lo contrario es enroque. O postmodernismo vedetista. Con lealtad Joan, más madera!. Un cordial saludo.
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