Tribuna abierta publicada hoy ( 31/10/2011) en ABC
Un policía se acerca a un borracho que a la luz de un farol parece que busca algo con afán . Interpelado a cerca de su búsqueda el hombre responde : «Mi llave». Ahora son dos los que la buscan. El policía , hombre precavido, pregunta al hombre si está seguro de haber perdido la llave
Esta obcecación es muy clara en algunas concepciones políticas y en determinados medios de comunicación . Pondré un ejemplo pero podríamos coleccionarlos : el reciente “si” de Bruselas al tan soñado “corredor mediterráneo”. La necesidad prácticamente vital del actual gobierno convergente por continuar aplicando modelos de conducta del pasado pujolista más victimista nos ha llevado al resto de los mortales catalanes a no saber si celebrar tal acontecimiento o por el contrario ponernos a llorar. Para una noticia buena que cae en el cesto van y nos la birlan. Más de lo mismo : siguen buscando soluciones a la luz del farol cuando seguramente ahora deben estar en otra parte , tal vez sin luz y con recortes sociales.
Y que decir de esos renacentistas tertulianos del mainstream. ¿ Algún día dejaremos de oír pontificar a filósofos e historiadores , eso si, renacentistas , sobre complejos asuntos eléctricos, nucleares o de infraestructuras ?. A veces da la impresión de que muchos de ellos basan su existencia en asegurarse , como observaba Giles Deleuze, que serán invitados a salir por las ondas. No hay más que una sola solución posible y permitida : la de ellos. Sin especialización alguna, a menudo también nos sugieren con la receta de más de lo mismo buscar las llaves con ellos, eso si, donde no están.
Jordi del Río, periodista
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