Caricaturas


Quico Sabaté, un gran, admirado y  por  desgracia   ya    desaparecido amigo mio, solía siempre señalarme las virtudes del saber escuchar como  paso  previo e indispensable para saber comunicar y seducir. No se  quien dijo que hablar es una  necesidad pero que escuchar es un arte.  Perfectamente  lo podía  haber dejado   escrito,  de no haber   sido    un poco ágrafo, el gran Quico Sabaté, acuñador entre otros,  de uno de los mejores lemas publicitarios de la historia, el archiconocido  ”Més que un Club” referido  al   Fútbol Club Barcelona. Y es que no hay peor sordo que el que no quiere escuchar.


Y ese es en gran medida el problema de un federalismo español, y catalán, que languidece poco a poco sin posibilidad ni ganas de interpelar y escuchar a los catalanes en relación a su estado de ánimo. Incapaces de seducir con su, hasta el momento cuantitativamente inviable reforma constitucional, amenazan con convertirse peligrosamente en caricaturas. Reduciendo su acción política a un triste y poco ambicioso “lo importante es participar”. Aunque sea molestando en un proceso político de construcción nacional y social complicado pero que  ya ha tenido algún importante  efecto positivo.

Porqué en Cataluña ya nadie duda de que estamos asistiendo al fin de una hegemonía política bipartidista avalada durante mucho tiempo por un status quo a menudo hostil a las clases más desfavorecidas. Que la oferta política demuestra una mayor pluralidad política. Que asistimos, vinculado al derrumbe de esa hegemonía, al fin de la impunidad con una  corrupción sistémica, el oasís catalán, permitida por ese establishment. Pero sobretodo que estamos asistiendo al reforzamiento de nuestra unidad civil como pueblo después de someterla  a una gran prueba de estrés democrático. Podríamos convenir en parte gracias al proceso político que estamos viviendo, que nuestra unidad civil es ahora más madura. Dejemos de lado a quienes parecen creer, surrealistamente,  que nuestra unidad se juega en Twitter, en artículo contra artículo y en el sobredimensionado juego dialéctico de plataforma minoritaria de un color contra otra de color opuesto.

Un proceso pues, que amenaza en convertir a mera caricatura a un status quo político, económico y mediático reducido a la resistencia.  A buena parte de un sistema político corrupto colaboracionista con el status quo más añejo. Y a esa pléyade de bienintencionados adalides de la unidad civil del pueblo de Cataluña incapaces de entender que en democracia hemos crecido , que han pasado a la reserva y que pueden acabar convirtiéndose en excombatientes cebolletas. Porque no querer escuchar que buena parte del proceso político que estamos viviendo significa , con todos sus  matices, una  clara y mayoritaria voluntad  reformista en la construcción colectiva de alguna cosa mejor , convierte a esos sordos voluntarios en tristes caricaturas.

0 comentaris: